La robótica ayuda al ser humano en tareas imposibles

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El robot cirujano Da Vinci es capaz de pelar una uva. Créditos: Vice

El fin último de los robots es ayudar al ser humano, tanto en el ámbito profesional como en las tareas cotidianas, a tener una mejor calidad de vida

Ni conquistar el planeta ni ponernos el café en el bar de la esquina. El esfuerzo de los científicos e ingenieros para desarrollar robots tiene un significado mucho más trascendental que ese. Porque la robótica ayuda al ser humano en tareas que de otra manera serían irrealizables. Vamos a dar unos ejemplos claros de cómo los robots mejoran la calidad de vida de las personas.

Robot Da Vinci: sistema quirúrgico de alta precisión

Este robot de la empresa Intuitive Surgical está diseñado para potenciar las habilidades del cirujano y mejorar la recuperación del paciente. Se trata de un sistema que permite hacer cirugías de alta precisión y de una manera mínimamente invasiva. Tanto que con él un cirujano es capaz de pelar una uva y coser la piel posteriormente sin dañarla.

El robot no sustituye al cirujano, sino que se convierte en su herramienta. Le proporciona una visión más amplia y aumentada (hasta 10 veces más grande) de aquellos espacios donde es difícil acceder. El cirujano se sitúa frente a una pantalla donde controla el robot desde una consola. La operación se realiza con unas incisiones mínimas que reducen el sangrado evitando riesgos y acelerando la recuperación del paciente.

Da Vinci es muy útil para operaciones en zonas de difícil acceso, por eso es un gran aliado para operar el cáncer de próstata, por ejemplo. Su precisión permite retirar tumores con una tasa menor de márgenes positivos (células cancerígenas en el margen del corte), reduciendo el número de pacientes que necesita radioterapia tras la cirugía.

Robot de la misión InSight

El elemento clave de la misión InSight (Interior Exploration using Seismic Investigations, Geodesy and Heat Transport) es un robot que está arrojando datos sobre el planeta Marte desconocidos hasta el momento. Este robot de la NASA está equipado con instrumentos que permiten estudiar los movimientos del subsuelo y la temperatura del planeta rojo. Gracias a su trabajo, entenderemos mejor cómo se forman los planetas rocosos, entre ellos, La Tierra.

El día 6 de abril de 2019 se detectó gracias al InSight el primer “martemoto” en el planeta rojo. Hasta la fecha, se han registrado más de 500 movimientos sísmicos, lo que indica que se trata de un “planeta vivo”.

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Los sensores del InSight recolectan datos del viento, la temperatura y los campos magnéticos. Créditos: NASA

Además, el InSight cuenta con un dispositivo al que se ha apodado como el ‘topo’. Se trata de una cabeza perforadora que se introduce en el interior del planeta tomando información, por primera vez, de cómo se compone el suelo de Marte. Hasta ahora, todas las misiones habían recogido muestras únicamente de la superficie. En su avance hacia el interior de Marte, el ‘topo’ se ha encontrado con diferentes obstáculos. En un primer momento no podía adentrarse en el suelo por la dureza de la superficie, pero gracias a los brazos robóticos del InSight que lo empujaron consiguió hacerlo. La falta de fricción hizo que el hueco generado en el suelo fuera demasiado grande, pero una vez más el brazo robótico lo solucionó rellenando el hueco con tierra.

Los robots de Fukushima

El 11 de marzo de 2011 a 128 kilómetros de Japón se produjo un terremoto de magnitud 9.0 en la escala Richter. Una hora después, un tsunami alcanzaría la costa del sudeste asiático, entre ellas, la de Japón, causando el mayor desastre nuclear de la historia.

Ante este panorama, TEPCO (Tokyo Electric Power Company) está usando varios robots para limpiar la planta nuclear. Los robots están actuando en las condiciones más extremas que existen en el planeta, y bajo las que ningún humano podría operar y sobrevivir. Sin duda, un escenario claro donde la robótica ayuda al ser humano.

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Demostración de cómo opera uno de los robots en la limpieza de la central nuclear de Fukushima. Créditos: The Japan Times

Los robots están ayudando a medir los niveles de radiación y la temperatura de la zona cero además de hacer fotografías. Tienen unos brazos robóticos para sujetar objetos y romperlos. Se estima que las tareas de limpieza puedan durar hasta 60 años, y costar más de 65.000 millones de euros.

Gracias a la robótica podemos tener una vida más larga, de mejor calidad, entender cómo es nuestro universo y hacer frente a retos que antes eran imposibles.